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Ramón Álvarez
Prieto nació en el pueblo zamorano de Coreses el 22 de septiembre de 1825 y
murió en Zamora el 25 de abril de 1889.
Llegó a la escultura
a través de la práctica de un oficio tan humilde como el de hojalatero que le
puso en contacto con materiales sencillos y maleables, propiedades que sus
gustos artísticos se encargaban de transformar.
Alumno en Zamora de
la Real Sociedad Económica de Amigos del País completa su formación en Madrid
como autodidacta carente de medios. En 1859 obtiene plaza de Profesor de Dibujo
en la Real Sociedad Económica de Zamora y en 1886 alcanza la Cátedra de Dibujo
en el Instituto zamorano.
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Establecido
definitivamente en Zamora, su dedicación a la imaginería fue en exclusiva.
Obtiene excelentes resultados con materiales tan sencillos como la escayola y la
arpillera o tela encolada que unidos a la madera y convenientemente pintados o
encarnados transfieren a las figuras verosimilitud. Tales materiales abaratan
sensiblemente los costos y confieren un peso razonable para los grupos.
Ramón Álvarez fue un excelente imaginero, no un
escultor, su obra, que no llego a traspasar los limites provinciales, es por
encima de todo expresión local, afirmación de lo autóctono. Para comprenderla y
valorarla hay que situarla en las coordenadas espacio-temporales de la Zamora de
la segunda mitad del siglo XIX. Su genialidad no reside pues en su pobre
concepción plástica, sino en ser forjadora de una piedad que aun hoy, después de
más de un siglo, es capaz de suscitar todo tipo de emociones.
OBRAS QUE PROCESIONAN EN ZAMORA: El
Descendimiento (1859) - La Caída (1866-1878) - La Lanzada o
Longinos (1868) - Jesús Resucitado (1873) - Nuestra Madre de las Angustias
(1879) - La Crucifixión (1884) - La Verónica (1885) - Virgen de la Soledad
(1886) - Virgen de los Clavos (1887).
Bibliografía:
web de la
"Junta Pro-Semana Santa de
Zamora"
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