Después del Programa del año 1930 es el primer documento que tenemos para hacernos una idea de cómo eran los recorridos de nuestras procesiones (lo normal en el resto de los programas es recurrir a la frase "por el itinerario de costumbre").

Destacamos, como curiosidad, la mención a la participación de la Virgen de la Soledad en la Procesión del Encuentro y en la Magna Procesión del Santo Entierro y la de la imagen de Nuestra Madre de las Angustias en la Procesión de la Vera Cruz. Parece evidente que en el caso de la Magna Procesión del Santo Entierro y la Procesión de la Vera Cruz el autor ha intercambiado los nombres de las imágenes procesionadas, y suponemos que la Virgen de la Soledad a que se hace referencia en la Procesión del Encuentro es la imagen que hoy día conocemos como Antigua Dolorosa (Antonio Prieto 1768).