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Los
Secretos del Nazareno
El
historiador Carlos De la Mata apunta al escultor local
Antonio Prieto como el autor de la talla de 1768
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M.
C. T.
Nuevas
investigaciones han arrojado un poco de luz sobre la
imagen de Jesús Nazareno, propiedad de la cofradía del
mismo nombre. Gracias al estudio de un libro de cuentas de
dicha cofradía, del siglo XVIII, Juan Carlos de la Mata,
prestigioso historiador benaventano, ha podido determinar
que la figura fue realizada por un escultor benaventano
llamado Antonio Prieto. Antes de este importante
descubrimiento se pensaba que era de un autor totalmente
desconocido. También se ha podido establecer la fecha en
que se hizo, el año 1768. Desde un principio y como
muestra este libro de cuentas, fue creado con el fin de
procesionar en la procesión del amanecer del Viernes
Santo. La cofradía abonó al autor la cantidad de 93
reales de vellón en diferentes partidas. |
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Imagen
de Jesús Nazareno
saliendo en procesión
en Semana Santa |
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De la
Mata ha podido esclarecer los orígenes de este artista.
Antonio Prieto era hijo de otro escultor que también
pertenecía a la villa de Benavente, Manuel Prieto. Su
padre le enseñó el oficio desde muy joven. Vivió en la
calle de la Cárcel (actualmente la calle Zamora) y tenía
terrenos en su vivienda. la parte trasera daba al convento
de Santo Domingo. Tanto Antonio como el resto de su
familia pertenecían a la feligresía de Renueva.
Desde 1768 al 1772 no se tiene ningún dato del autor del
Nazareno en los padrones de la ciudad. Este hecho hace
suponer que durante este tiempo no se encontraba en el
municipio. Vuelve a aparecer en 1775. Aparece como santero
(escultor de imágenes) con 3 ententados (aprendices). En
otro padrón del mismo año aparece como padre de un niño
en edad pupilar y con dos ententados. A partir de 1785 se
le pierde de nuevo la pista.
De la Mata calcula que el escultor tendría en torno a 31
años cuando realizó esta obra. La imagen fue tallada de
un solo tronco de nogal (a excepción de los brazos, a los
que se les añade otro tramo). Antonio Prieto se tuvo que
adaptar al material, por lo que la postura del Nazareno
resulta un tanto manierista a la vez que algo forzada. Sin
embargo la imagen resulta muy barroca debido a los
elementos añadidos, para dotar a la figura de mayor
realismo.
No se talló el cabello de Cristo porque se le iba a dotar
de una peluca de cabello natural, algo muy habitual en la
época. Toda la imagen está tallada, a pesar de que en
las procesiones no se puede apreciar la anatomía que
posee el Nazareno debido a las vestimentas y al pelo. Otro
de los detalles que destaca de esta imagen es la
delicadeza de sus manos, que casi acarician la cruz. La
imagen fue vaciada para prescindir de pesos innecesarios
durante las procesiones. Dicha imagen sustituyó a una más
antigua, debido a que ésta se encontraba gravemente dañada.
Los oficiales de la cofradía demandaron una nueva imagen
para la procesión del Encuentro.
Así mismo, el documento arroja más datos acerca de la
realización de la imagen, muy valorada en la ciudad. En
la creación de la figura también participó Fernando
Recio, vecino benaventano. Su gran contribución fue la
encarnación de la escultura (pintar el rostro y las manos
del Nazareno), además de dotarle de una corona de
espinas. De este artista se conocen menos datos.
El libro de cuentas de la cofradía es en realidad un
conjunto de libros recopilados y cosidos en uno solo. Sus
cubiertas son de piel de becerro y el lomo está reforzado
con cuero. Recoge la historia de la cofradía por un
periodo cercano a dos siglos. La información no se basa
únicamente en las imágenes, sino en todos los aspectos
de la propia cofradía sobre todo en lo referente a lo
económico. Los hermanos de la cofradía estaban divididos
en el listado de los hermanos de luz y el de los hermanos
de la cruz, según el objeto que portaban en las
procesiones. Uno de los datos más importantes que arroja
el libro es el de la importancia y auge que tenía la
cofradía durante el siglo XVIII.
De la Mata ha podido averiguar de donde procedían los
ingresos de la cofradía: de las entradas de los nuevos
cofrades, las cuotas de los que ya pertenecían, limosnas,
ofrendas de vecinos y de rentas de posesiones que tenía
la institución.
Otro de los datos que aporta y reafirma el documento es la
importancia que para Benavente tenía la Semana Santa. En
la ciudad existía un gran número de carpinteros,
tallistas e incluso de orfebres organizados en gremios. La
villa era un punto importante ya que pertenecía al
Obispado de Oviedo, aunque estaba muy cerca de los de
Zamora, Astorga y Valladolid. Además la existencia de los
Condes y la multitud de iglesias y monasterios
proporcionaba a los artistas una multitud de encargos.
El libro de cuentas ha sido cedido por la cofradía al
historiador para que siga estudiándolo y recomponer parte
de la Historia de la cofradía y la ciudad.
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